Mientras escribo esta crónica estoy viendo por la ventana y me parece increible ver este día tan malo después de la jornada de ayer, en la que nos fuimos al Monte Aloia y disfrutamos de una estupenda salida en bici con un tiempo estupendo.
Nos reunimos en la gasolinera de Vincios y después de mucho tiempo sin montar en bici nos acompañó nuestro amigo Marcos. Lástima que su montura se rebeló despues de tenerla abandonada en su garaje y cuando habían transcurrido unos veinte minutos tuvo que dejarnos por una avería.
Luego, desde el embalse de Zamanes nos dirijimos a la base del Galiñeiro, para luego bajar por una pequeña y divertida trialera hasta la carretera de Morgadanes, desde aquí recorrimos varios caminos solo aptos para cabras (y nosotros, claro) para llegar a los pies del Aloia. Luego un pequeño ascenso por carretera hasta el chiringuito del Parque, donde nos esperaba relajadamente nuestro compañero Marcos, que decidió cojer su flamante Honda y venir a celebrar con nosotros el cumpleaños de Javi, con una estupenda empanada de chocos, especialidad de la casa.
Casi sobra comentar que con el estómago lleno, la vuelta se hizo muy pesada, ya que lo que apetecía era una buena siesta. Sin incidente dignos de comentar, salvo unas piezas de bici que se encontró Carlos por el camino, llegamos de vuelta a la gasolinera.