Nos desplazamos al sur de la ciudad pero no tanto como de costumbre, concretamente a la pedanía de Bembrive, duras rampas y una divertida zona de descenso con el “tornillo” como postre para volver por donde vinimos, es decir, Sárdoma y paseo del Lagares. Muy duras se hicieron las rampas del sendero del Eifonso, sobre todo para los que últimamente no salimos mucho y estas cosas se pagan. Bordeamos el campo de béisbol para subir hasta el Mercantil, parque forestal de Beade y ya desde aquí el conocido “descenso” que por cierto me gusta mas en verano.
Todo esta excursión fue la excusa perfecta para probar la nueva máquina de Alejandro, la Cannondale Jekyll que cumple a la perfección con todas las expectativas que levanta a primera vista, según palabras del propio Alejandro.
Aprovecho esta entrada para saludar a dos nuevos amigos que nos acompañaron este domingo, Luis y Agustín que esperamos se lo hayan pasado bien después de los cambios de planes a primera hora.
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| Jancho con la Jekyll de pruebas, bajo la atenta mirada de Josecho, el maestro. |
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